La revolución digital ha transformado el marketing tradicional. Las redes sociales han ayudado a reducir la brecha que existía entre las empresas y los clientes, sobre todo en las pymes y micro-empresas. Hasta ahora nunca había sido tan fácil conectar con el mercado y poder dar visibilidad y publicidad al negocio, sobre todo en términos económicos.
El marketing de contenidos para Internet juega un papel principal en todo este nuevo escenario, desde las empresas dedicadas a generar contenido deben innovar en la forma de contar lo que quieren ofrecer para ser diferentes a sus competidores de una forma que logre fidelizar o conectar con el cliente o consumidor de una forma más cercana y generando una empatía que es necesaria en las relaciones humanas.
Así que, en este nuevo mundo online, las relaciones nacen impersonales, indirectas y siempre a través de un dispositivos pero en muchos casos existen reacciones que sobrepasan a estos canales, es decir, que podemos sentir, percibir, enfadar, gustar e incluso desear el artículo igual o más que si estuviéramos físicamente presentes. Aquí es donde aparece la Empatía Digital. Las relaciones sociales con la audiencia tienen que ser naturales y cercanas, exactamente igual que cuando nos relacionamos en persona. El concepto de Empatía Digital se debe desarrollar por las empresas de una forma empática, hay que trabajarlo y pensar que la imagen y su identidad de marca puede beneficiarse de una manera infinitamente más fuerte que en el caso off line.
La empatía digital se puede definir como el arte de comprender a las personas que están online, eso conlleva la capacidad de ocupar su lugar, de comprender su realidad, su actitud y sus opiniones libres de prejuicios
Para ello, la estrategia de la empresa tiene que asumir un cambio cultural, que afecta de lleno al marketing de contenidos. La organización debe estar enfocada hacia el cliente, desde una experiencia de usuario más humana hasta el uso de la tecnología y los datos para ofrecer mensajes y servicios oportunos, adecuados al contexto y al interlocutor al que van dirigidos en cada momento.