lunes. 29.04.2024

La bola de cristal de la arquitectura

¿Cuántos de nosotros nos hemos echado unas risas al ver a nuestros padres de jóvenes? Las fotografías en blanco y negro son una muestra de lo que han cambiado los tiempos. La vestimenta, la forma de comportarse de las personas o los coches se han transformado con el paso de los años. Pero también lo ha hecho la arquitectura. Casas bajas, después aparecieron los edificios de cuatro plantas y por último, se han hecho un hueco los rascacielos. Pero, ¿qué nos esperará en el futuro? ¿Dónde vivirán las próximas generaciones?  

La construcción ha vivido muchas transformaciones no sólo de estructura, sino también de demanda. Así, en nuestro país nos encontramos ante uno de los sectores más característicos. Aunque 2014 y 2015 fueron períodos de transición para esta área, no sólo en España sino también en toda Europa, este año ha vuelto a dar muestras del calibre que tiene en nuestra economía. De hecho, según los datos de la oficina estadística comunitaria, Eurostat, la actividad constructora nacional creció hasta un 20,3% en comparación con enero de 2015; el mayor aumento anual de todos los estados miembros.

Pero, pese al crecimiento de la construcción, en estos datos encontramos una pista de lo que será el futuro de la arquitectura en nuestro país. En unos años hemos pasado de ser un país rural a alcanzar en las últimas décadas al resto de Europa en crecimiento de las ciudades, lo que ha conllevado a una mayor ocupación del suelo. Como consecuencia, nos encontraremos con limitaciones tanto legales como espaciales para seguir construyendo. Por eso, la rehabilitación de edificios será una de las líneas a seguir por los profesionales. Estamos ante un proceso de reconstrucción y reforma que conlleva un menor coste que los inmuebles de obra nueva. Estos proyectos nos hacen muy diferentes a otros países como Arabia Saudí o territorios asiáticos, donde prevalecen las edificaciones nuevas ya que no cuentan con inmuebles antiguos, tal y como los conocemos en España.  

Y si hablamos de materiales de construcción, ¿estamos observando cambios en nuestras edificaciones? España siempre ha sido un país amigo del ladrillo. Los expertos hacían uso de este material en todos sus proyectos. Sin embargo, el hormigón ha empezado a hacerse un hueco y es en él donde encontramos el futuro de la arquitectura española. Además de él, la pizarra también tendrá un papel importante. De hecho, en ciudades del norte ya empezamos a ver edificios construidos con este componente.  

Adentrándonos en el interior de nuestros inmuebles, el concepto de construcción Passivhaus ya está muy presente. Las construcciones empiezan a contar con un gran aislamiento térmico, un riguroso control de infiltraciones y una máxima calidad del aire interior. Además, este estándar busca aprovechar la energía del sol para una mejor climatización, reduciendo el consumo energético en torno al 70%.

Este método nos ayuda a observar el futuro de la arquitectura a través de nuestra bola de cristal, pues en unos años nos encontraremos con edificios sostenibles, que supongan un menor coste de construcción y menor tiempo de obra. Y a ello sumamos lo que ya hemos señalado: uso del hormigón y rehabilitación frente a obra nueva. Todo ello son sólo pistas de lo que será España en unos años. Pero para confirmarlo, tendremos que esperar a que llegue ese momento.

La bola de cristal de la arquitectura