La segunda sesión de las Jornadas Concursales 2016 se ha celebrado en la capital aragonesa. Los representantes de los cuatro colegios organizadores, el de Titulados Mercantiles y Empresariales de Aragón, el de Economistas de Aragón, el de Abogados de Zaragoza y el Instituto de Censores Jurados de Cuentas, han cerrado esta edición con una conclusión clara: se ven mejorías generales en materia concursal, pero aún queda mucho camino por andar.
El presidente del Colegio de Mercantiles y Empresariales de Aragón, Antonio Envid, ha explicado que un año más estas jornadas han servido como “vehículo para seguir trabajando en esta materia”, pero que “sigue haciendo falta trabajar por la mejora de la situación”. Ha insistido en la idea de que aunque los concursos de acreedores hayan bajado “esto no debe darnos demasiadas alegrías” ya que no significa que “la situación se haya resuelto totalmente”. Asimismo, ha lamentado que la Ley Concursal “no haya tenido el éxito que se esperaba de ella” ya que en muchas ocasiones “se buscan fórmulas alternativas para no llegar al concurso, refinanciar las deudas o llegar a acuerdos con los acreedores”.
Pedro Lomba, vocal 1º de la Agrupación 8ª del Instituto de Censores, ha concluido que durante estos dos días se ha podido comprobar que “afortunadamente han disminuido significativamente los concursos”, pero que “en las fases de liquidación y de determinación de responsabilidades siguen existiendo numerosas problemáticas”.
Por su parte Antonio Morán, decano del Colegio de Abogados, ha destacado que las jornadas han servido para “evidenciar que la mediación es un mecanismo que está en alza, por imperativo de la Ley y por vocación de todos los profesionales de la materia”. También ha hablado sobre la situación legislativa: “Esperamos que definitivamente la estabilidad en la Ley Concursal se mantenga, y que si procede alguna reforma que sea la última y definitiva para poder tener un marco de seguridad”, ha subrayado Morán.
Finalmente, el tesorero del Colegio de Economistas de Aragón, Carlos Terreu, ha afirmado que “hay cambios en el mercado tan rápidos que, cuando te cogen fuera de juego, puedes llegar a acabar avocado a una situación de insolvencia puntual financiera, y la Ley Concursal previa o posterior va a seguir siendo necesaria.
PONENCIAS ESTRELLA
Si en la primera jornada las segundas oportunidades y la mediación fueron los temas estrella, este jueves la irregularidad contable ha captado la atención de los asistentes. El magistrado-juez del Juzgado Mercantil Nº1 de Oviedo, Alfonso Muñoz, ha sido el encargado de la ponencia: “Lo que se trata de sancionar es el maquillaje contable o dicho de otra manera la ‘contabilidad creativa’, se pretende proteger al mercado de esa labor de maquillaje o de esa creación alegal de la contabilidad de modo que las cuentas anuales que se depositan y se publicitan por el Registro Mercantil respondan de una forma fidedigna a lo que se puede entender como verdad contable”. De forma que cuando un tercero contrate los servicios de una empresa “sepa realmente qué garantías tiene para cobrar su crédito”, ha afirmado Muñoz.
El magistrado-juez ha achacado este comportamiento más a la “picaresca española” que a la falta de regulación: “Tenemos un marco contable nacional e internacional muy definido, por el Código de Comercio, por la Ley de Sociedades de Capital, por el Plan General Contable... el problema es que generalmente la realidad siempre va por encima de la norma”. Muñoz ha asegurado que es una conducta “bastante implícita o inherente al empresariado español el tratar de maquillar más o menos las cuentas anuales”.
El compliance también ha sido uno de los temas protagonistas de la jornada a cargo de la catedrática en Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid, Silvina Bacigalupo. “Desde 2010, las empresas ya no solo son responsables en el ámbito civil y administrativo, sino que también pueden ser responsables penalmente, por ello se ha creado la herramienta del compliance, es decir, la forma de la empresa de autoregularse para prevenir los riesgos penales”, ha explicado Bacigalupo. Este instrumento facilita el tener “cierta cobertura” frente a riesgos que no son habituales en la actividad empresarial, y por tanto da la posibilidad de “ser un eximente de responsabilidad” para la empresa.
Si bien las empresas no habían atendido a este asunto hasta hace bien poco, desde la reforma del Código Penal en 2015 el panorama ha cambiado: esta reforma conlleva que se permita que los programas de cumplimiento, si están correctamente implementados y ejecutados, “puedan servir de eximente para la empresa, y también es una forma de proteger a las personas físicas que están dentro de la empresa”, ha informado Bacigalupo.
