La Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios ha llevado a cabo este año una inspección de 54 establecimientos aragoneses para hacer un control de mercado de caramelos y golosinas. Los resultados de este control, según el director general, Pablo Martínez, “son aceptables” ya que en el 87% de los controles llevados a cabo se cumplía la normativa. “Las principales deficiencias se observaron en los productos a granel ya que solo en el 32% de los controles efectuados se conservaba la información del responsable y su dirección”, ha señalado.
Los controles se llevaron a cabo centrándose en cuatro aspectos: productos envasados a los que se les aplicaría la normativa que regula cualquier alimento; productos a granel en los que la información debe ser conservada por el detallista; medidas higiénico sanitarias de los productos a granel sin envoltorio, y etiquetado nutricional de aquellos caramelos que se anuncian como “sin azúcar”.
El número de actuaciones llevadas a cabo fue de 114, repartidas en 54 establecimientos: 8 en Huesca, 13 en Teruel y 33 en Zaragoza. Según esta inspección solo el 27,78% de los establecimientos cumplían todos los requerimientos. Así, de las 1.293 actuaciones llevadas a cabo, en 1.121 el resultado de los controles fue favorable (86,70%).
En lo que se refiere a productos envasados, el 100% de los productos analizados mostraban las indicaciones obligatorias y estaban en la lengua oficial, en el 88,14% figuraba la cantidad neta y en el 98,31% figuraba el número de lote o fecha de consumo preferente.
El grado de cumplimiento baja en los productos a granel con y sin envoltura. Solo en el 32,08% de los caramelos o golosinas analizados se conservaba el nombre y domicilio del responsable y en el 73,58% las indicaciones eran claras y visibles. En el 100% de los establecimientos inspeccionados estos productos se manipulaban con pinzas o palas.
En el último apartado, el relativo a los productos sin azúcar, se hizo especial énfasis en la información nutricional. Así, el 78,95% de los productos presentaba un etiquetado nutricional, y en un 96,66% aparecía el valor energético, cantidad de proteínas, hidratos de carbono, grasas, ácidos grasos saturados y sal.
Por último en el 48,15% de las tiendas visitadas por los inspectores se conocía el Sistema Arbitral de Consumo que aporta unas mayores garantías al usuario.
