El Círculo de Empresarios ha presentado el Informe 2016 de la Empresa Mediana Española

Se trata de un estudio que refleja como en un mundo global las empresas españolas tienen que competir  a base de generar valor e innovación y en ese sentido apostar por aumentar su tamaño, su comercio exterior y sus inversiones. Si bien los responsables del estudio han evidenciado una mayor tendencia a la internacionalización, también sugieren que España tiene un importante margen de crecimiento basado en dos ejes: que las empresas que exportan lo hagan regularmente y que sean cada vez más las empresas que den el salto a otros mercados.

 

El Informe se ha presentado en colaboración con la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), en un acto en el que han participado Iñigo de Barrón, Presidente de APIE, Javier Vega de Seoane, Presidente del Círculo de Empresarios, Elena Pisonero, Directora del Proyecto “La Empresa Mediana Española” y presidenta de Hispasat, y Rafael Domenech, Economista Jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research, entidad que colabora en el mismo. En esta edición 2016 del Informe de la Empresa Mediana Española se han incorporando nuevos contenidos como la segmentación por tramos de facturación de las empresas españolas, el análisis de las diferencias del tejido empresarial por comunidades autónomas y la caracterización de las empresas inmobiliarias en los principales países de la UE. Para realizar estos análisis han contado con la estrecha colaboración de INFORMA y BBVA Research.

 

En el marco de la UE sigue destacando la reducida dimensión media de las empresas españolas (4,6 empleados), si bien desde 2013 ha dejado de caer. Es preocupante que durante el período 2010-2016 se intensifica la dualidad del tejido empresarial español ya que las empresas de mayor tamaño cada vez son más grandes, aunque menos numerosas, y aumenta el número de las empresas más pequeñas que cada vez tienen menor tamaño. La falta de dimensión se agudiza si se atiende a la cifra de negocios ya que el 95,2% de las empresas españolas con asalariados facturan menos de 2 millones de euros anuales. El empleo se ha recuperado antes en las empresas más grandes. De hecho, el empleo ha crecido un 6,6% desde 2013 en este colectivo y en las empresas medianas ha aumentado un 3,9%. El resultado es que las empresas grandes están aumentando en los últimos años su aportación al empleo (1 de cada 4 empleados trabaja en una empresa grande y sólo un 0,1% del total de empresas están en este segmento de tamaño).

 

Se reafirma la escasa productividad de las microempresas españolas, que es un 30% inferior a la que corresponde a las del agregado de la UE-5 de referencia. Sin embargo, las empresas medianas españolas son más productivas que la media europea de referencia y el resto consiguen niveles similares de productividad. Existe una elevada heterogeneidad regional en la dimensión del tejido empresarial que viene explicada, en parte, por una serie de regulaciones que afectan la libre competencia. Pero también factores tecnológicos, como la adaptación a las nuevas tecnologías y la inversión en Investigación y Desarrollo, explican una parte de esta diversidad en el tamaño empresarial. Asimismo, el capital humano es fundamental para impulsar el crecimiento empresarial, lo que resalta la importancia de la formación, tanto de los trabajadores como de los empresarios, para explicar el tamaño.

 

En esta edición, el Informe incorpora un estudio monográfico del sector inmobiliario para analizar el impacto de la crisis. La principal conclusión es la fuerte reestructuración sufrida por el sector de la construcción de edificios en España que ha reducido su peso en el Valor Añadido Bruto desde el 10,2% de 2008 hasta el 3,6% en 2015. En contraste, las empresas de servicios inmobiliarios han avanzado posiciones en el ranking sectorial, proceso que también ha ocurrido en la mayor parte de países de la UE. Dado que en España las empresas de intermediación inmobiliaria son 1,9 veces más productivas que las de edificación, esta recomposición ha tenido un efecto positivo en la productividad del trabajo en el conjunto del sector. Aun así, en ambos subsectores hay margen de crecimiento de la productividad vía mayor dimensionamiento de las empresas, y de la industrialización de los procesos de producción en el caso de la edificación. En cuanto al análisis económico-financiero, la empresa mediana española sigue afianzando el cambio de tendencia desde 2013. Mejora la rentabilidad económica, se confirma en la financiación empresarial el mayor protagonismo de los fondos propios y se prolonga el proceso de desapalancamiento.