La jornada El impacto de la hiperregulación en la industria, el comercio internacional y la propiedad intelectual, organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, AmChamSpain, ha dado respuesta a éste y otros muchos interrogantes y temores que el exceso normativo genera en la esfera pública y privada.
Jaime Malet, presidente de AmChamSpain, dio comienzo a la jornada poniendo de manifiesto la abrumadora producción jurídica en el marco de la Unión Europea, con más de 40.000 normas generadas en el periodo de 2000 a 2013, y la necesidad de simplificar este marco para favorecer la actividad internacional de las empresas. José Vicente González, Vicepresidente CEOE, incidió en que la finalidad del legislador no sólo debe concentrarse en el desarrollo regulatorio sino también en su cumplimiento.
AmChamSpain cuenta con casi 300 empresas asociadas que tienen una facturación agregada de 248.000 millones de euros en España
La primera de las dos sesiones que conformaron la jornada, centrada en el fenómeno de la hiperregulación como una barrera a la competitividad y a la actividad internacional en sectores tan heterogéneos como el olivarero, la industria metalúrgica o el tabaquero, que coincidieron unánimemente en el impacto económico que el exceso regulatorio tiene en su día a día. Este fenómeno tiene un efecto aún más grave en el ecosistema de pymes, que no cuentan con los recursos necesarios para afrontar el creciente y complejo marco regulatorio. También se abordó el papel de las marcas como motor de la economía y la innovación y cómo la actividad regulatoria se muestra poco respetuosa con la propiedad intelectual e industrial.
Jaime Malet, “Entre 2000 y 2013 ha habido una abrumadora producción jurídica, con más de 40.000 normas en la UE”.
La segunda mesa concentró la visión de los grupos políticos - PP, PSOE y Ciudadanos – valoraron el delicado equilibrio entre la hiperregulación y la falta de regulación y su conexión con la negociación del Tratado de Libre Comercio e Inversiones entre la UE y los Estados Unidos (TTIP) como herramienta de armonización y de impulso de las relaciones transatlánticas. Los tres grupos coincidieron en que el TTIP debe marcar los estándares económicos en las próximas décadas frente a las potencias emergentes.
Cerró la jornada Antonio José Fernández-Martos Montero, Director General de Comercio Exterior e Inversiones, que destacó los esfuerzos del Gobierno para simplificar el marco regulatorio tanto para en el ámbito del comercio interior como del comercio exterior, a través de la implementación de estrategias de buena regulación y de mecanismos de cooperación.
