miércoles. 08.05.2024
Mesa redonda TopTen & Capital Humano

“Racionalizar los horarios debería ser una cuestión de Estado”

L a racionalización de horarios y la conciliación de la vida personal y profesional son valores en alza. Las personas quieren compatibilizar la dedicación profesional con el tiempo libre. ¿Qué debemos entender por racionalización? ¿La tecnología ayuda a racionalizar horarios o puede provocar el efecto contrario? ¿Cómo se puede crear una cultura de la racionalización? ¿Racionalizar es rentable? ¿Qué iniciativas existen para impulsar la racionalización de horarios? 

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Mesa redonda TopTen & Capital Humano

Para responder a estas y otras cuestiones Capital Humano y Top Ten Management Spain se reunieron a un grupo de expertos que debatieron e intercambiaron reflexiones y experiencias. 

En esta ocasión participaron en el coloquio: Nuria Chinchilla, profesora del IESE Business School; Carmen Urbano, CEO de Cominton; además José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles; Fabián Mohedano, promotor de la Iniciativa para la Reforma Horaria en Cataluña, Enrique Cortés, profesor del IE Business School; y Esther Jiménez, gerente del Centro Internacional de Trabajo y Familia, del IESE Business  School. Moderó el debate José Antonio Carazo, Director de Capital Humano.

Estas son las principales conclusiones del debate. OPTIMIZAR ES LA PALABRA. La profesora del IESE Nuria Chinchilla abrió el debate señalando su coincidencia con Fabián Mohedano para hablar de ‘humanizar los horarios’, mejor que de ‘racionalizar horarios’. “Y hay que empezar a hacerlo desde las empresas porque es un tema de negocio, no sólo social. El que no hace bien la humanización de los horarios, tampoco tendrá una empresa sostenible, ni maximizará su negocio, porque es imposible. Hay que ayudar a que la gente tenga vida después del trabajo, a que todo el contexto social de España tenga unos horarios mucho más humanos”.

Enrique Cortés, del IE Business School, también mostró su acuerdo con este enfoque. “Es un tema de negocio. Los temas sociales son muy importantes, pero los de personas inflluyen en que la empresa sea mucho más productiva y tenga mejores resultados. Es buenísima la conciliación para el negocio”, dijo y añadió: “Lo que sí me gustaría señalar es la necesidad de adoptar horarios planetarios y que la conciliación y la racionalización de horarios está al margen de la tecnología. Los países considerados desarrollados trabajaban de 9 a 5 antes de que estuvieran implantadas las nuevas tecnologías. Lo digo porque para mí conciliar no es ponerse a trabajar desde casa después de bañar a los niños. Ahora la tecnología permitirá que ni siquiera tengamos que ir a trabajar en ese horario. Fabián Mohedano, promotor de la Iniciativa para la Reforma Horaria en Cataluña, quiso puntualizar “para enmarcar el debate”, que España no está situada en el huso horario que le corresponde. “Eso es una anomalía que compartimos con países como Francia, Bélgica, Holanda o Argelia.

Esto da igual si observamos cómo funcionan las empresas en Francia o en Holanda, pero el huso horario debería cambiar. Es un tema que compete a la Unión Europea, pero no me resisto a apuntarlo”. Con todo, para Mohedano hay un elemento que también es relevante: “España es un país mediterráneo, latino y, por tanto, con una fuerte cultura de la presencialidad y con unos horarios muy rígidos, los menos fllexibles de Europa. Esto hace que se piense más en el trabajador que se contrata que en el proyecto que debe llevar a cabo, algo que compartimos con Italia, Francia, Portugal o los países latinoamericanos y que hace que alarguemos excesivamente las jornadas laborales”. Mohedano también señalo un tercer argumento “que nos hace ser un país único en el mundo: desde los años 60 el pluriempleo y las horas extras han modificado nuestros horarios de comida y de cena. En cincuenta años hemos modificado la hora de sueño hasta acabar perdiendo una hora entera. Cuando nos comparamos con otros países para buscar soluciones y saber qué han hecho para aplicar el horario de 9 a 5, vemos que ellos siempre han funcionado así. Lo que se ha hecho en España desde hace 50 años es romper el ritmo circadiano y eso supone que hemos modificado la programación interna de nuestro cuerpo y que vamos dos horas tarde. Esto tiene unas consecuencias devastadoras sobre la salud de las personas, de la sociedad y de las organizaciones. Tenemos una sociedad con falta de cohesión, de equidad, con desigualdad, falta de corresponsabilidad entre el hombre y la mujer, familias desestructuradas… una serie de elementos que tienen un carácter sistémico.

Plantear cualquier cambio solo en el ámbito de la empresa no es posible porque el tema de los horarios tiene carácter sistémico y necesitamos una visión global”. PERSONAS SOCIEDAD, NEGOCIO Para Mohedano el foco debe estar en la persona, en las organizaciones y en la sociedad. Las personas en ‘qué puedo hacer yo para llegar puntual a los actos’, las organizaciones en ‘cómo puedo organizar las relaciones laborales’ y la sociedad en ‘cómo podemos corregir esas dos horas que tenemos de desfase’.

“No podemos decir que vamos a cambiar la empresa sin cambiar el resto de las cosas”, aseguró. Carmen Urbano, CEO de Cominton, comentó que ”hay ciertas estructuras que nunca podrán tener un horario de 9 a 17h de lunes a viernes. España es un país de servicios netamente receptor de turismo, por ejemplo. Cerca de 70 millones de turistas al año necesitan ciertas atenciones de lunes a domingo. Igual ocurre con los profesionales que trabajamos con países con diferentes husos hora pluriempleo y las horas extras han modificado nuestros horarios de comida y de cena. En cincuenta años hemos modificado la hora de sueño hasta acabar perdiendo una hora entera.

 La política que se está aplicando por Real Decreto, porque es la que toca, igual no es la que yo necesito”. También señaló la necesidad de dar un salto a nivel sindical. “Lo que funcionaba al inicio de la revolución industrial no sirve hoy en día. Cuando hablamos de cambiar políticas, los sindicatos también tienen que cambiar porque si no el trabajador se verá sometido a una falta de flexibilidad. Hay que poner el foco en la rentabilidad y en la productividad de las empresas, por supuesto. Pero también hay que poner el foco en la humanidad, en entender que las personas no funcionan como máquinas y que si las hacemos funcionar como máquinas se van a romper. El tema de horarios es la mayor responsabilidad social que tiene la empresa”, sentenció.

“Racionalizar los horarios debería ser una cuestión de Estado”