Mañana se estrena "Las chicas del cable", la primera serie de Netflix producida en España. Dirigida por Carlos Sedes y David Pinillos y ha sido realizada por Bambú Producciones, responsable de éxitos nacionales como 'Velvet' o 'Gran Hotel', y que cuenta en su elenco con algunas de las actrices más reconocidas del panorama actual como Blanca Suárez, Maggie Civantos, Ana Fernández o Nadia de Santiago.
La serie se centra en la vida de cuatro mujeres procedentes de clases y orígenes muy diferentes, que desarrollan su labor profesional como operadoras de la centralita en el rascacielos de Telefónica, situado en Gran Vía 28 (Madrid), que fue inaugurado en aquella época. Y es en este punto en el que interviene la empresa aragonesa, Entropy Studio, la cual se ha encargado de recrear aquel Madrid de los años 20.
Gran parte del presupuesto de la serie ha ido a parar al cuidado decorado de la serie. Una inversión que se aprecia en cada rincón del set de rodaje, desde las mesas de la cafetería a la que las protagonistas acuden, las máquinas con las que trabajan o el decorado que simula la fachada exterior de la compañía en plena Gran Vía madrileña. Bambú decidió seguir la misma estrategia que pusieron en marcha con 'Velvet' al realizar una reconstrucción de lo que sería el edificio donde trabajan las telefonistas para la entrada y salida de personajes y así evitar desplazamientos. Otro croma sirve de apoyo para crear la Gran Vía que ha hecho realidad Entropy Studio.
Además de la Gran Vía, Entropy Studio ha reconstruido otras muchas calles de Madrid, exteriores de bares, tiendas, planos generales, así como un sinfín de borrados de anacronismos y efectos invisibles para ayudar a dotar a la serie de la atmósfera que respira.
